El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es una vitamina B hidrosoluble que desempeña un papel importante en la división celular, la síntesis del ADN y la formación de glóbulos rojos. Es especialmente importante durante los periodos de rápido crecimiento, como el embarazo y las primeras etapas del desarrollo. Contribuye al desarrollo del tubo neural en las primeras etapas del embarazo. El tubo neural se convierte finalmente en el cerebro y la médula espinal del bebé. El Servicio Nacional de Salud (NHS) recomienda empezar a tomar un suplemento diario de 400 microgramos de ácido fólico, idealmente antes de la concepción, y continuar hasta la duodécima semana de embarazo.

La vitamina D contribuye al funcionamiento del sistema inmunitario, al mantenimiento de los huesos, los dientes y la función muscular, y favorece la absorción y utilización del calcio y el fósforo en el organismo. También ayuda a mantener los niveles de calcio en sangre y desempeña un papel en el proceso de división celular.

La vitamina E es conocida por ser un antioxidante que contribuye a la protección de las células frente al estrés oxidativo.

La vitamina B6 contribuye al funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario, a la función psicológica, a la regulación hormonal y a la reducción de la fatiga.

La vitamina B12 contribuye al metabolismo energético, al funcionamiento de los sistemas inmunitario y nervioso, a la formación de glóbulos rojos y reduce el cansancio. La vitamina B12 también desempeña un papel en el proceso de división celular.

El ácido pantoténico es necesario para la creación de importantes hormonas reproductivas.

La colina interviene en la estructura de la membrana celular y en el transporte de grasas en el organismo. Contribuye al funcionamiento del hígado y es un precursor de la acetilcolina, que es un neurotransmisor.

El hierro es un mineral esencial que interviene en la formación de glóbulos rojos y hemoglobina, necesarios para transportar oxígeno por todo el cuerpo. El cuerpo utiliza el hierro para producir hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo, y mioglobina, una proteína que proporciona oxígeno a los músculos. El hierro es importante para el desarrollo fetal, especialmente para el transporte de oxígeno, la producción de glóbulos rojos y el desarrollo cerebral.

El yodo es un oligoelemento esencial necesario para la síntesis de las hormonas tiroideas, que regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo. El yodo contribuye a la función cognitiva, la actividad del sistema nervioso y el mantenimiento de una piel sana. Es fundamental durante el embarazo para el desarrollo saludable del cerebro y el sistema nervioso del bebé. La ingesta adecuada de yodo es especialmente importante durante el primer trimestre, cuando la tiroides del bebé aún no es funcional.

El cobre contribuye a la función inmunitaria, la actividad del sistema nervioso y el metabolismo energético. También favorece el mantenimiento de los tejidos conectivos, la pigmentación del cabello y la piel, el transporte de hierro y ayuda a proteger las células del estrés oxidativo.

Compuesto similar a las vitaminas presente de forma natural en las células del cuerpo humano, que se encuentra específicamente en los órganos con altas demandas energéticas, como el corazón, el hígado, los riñones y los músculos esqueléticos. Se ha investigado y se ha observado que está relacionado con la salud folicular. La coenzima Q10 desempeña un papel en la cadena de soporte de electrones mitocondrial, donde se produce energía a nivel celular.

Estas bacterias beneficiosas ayudan a mantener un microbioma vaginal saludable, creando un entorno ácido que favorece el crecimiento de bacterias buenas.

La biotina contribuye al metabolismo energético, al funcionamiento del sistema nervioso, a la función psicológica, al metabolismo de los macronutrientes y al mantenimiento de la piel, el cabello y las membranas mucosas.

El zinc contribuye a la síntesis del ADN, la función cognitiva, la fertilidad y la reproducción, la síntesis de proteínas y el mantenimiento de los huesos. También favorece el metabolismo de los hidratos de carbono, los ácidos grasos, los macronutrientes y la vitamina A, así como el metabolismo ácido-base. El zinc también contribuye al mantenimiento del cabello, la piel, las uñas, la visión, la función del sistema inmunitario y los niveles de testosterona en sangre. Ayuda a proteger las células del estrés oxidativo y desempeña un papel en el proceso de división celular.

El selenio contribuye al funcionamiento del sistema inmunitario y la tiroides, favorece el mantenimiento del cabello y las uñas y ayuda a proteger las células del estrés oxidativo.